Vistas de página en total

martes, 28 de junio de 2011

GRACIELA, LA MADRE MOTOCICLISTA

En el mejor sentido de la palabra, Graciela era una mujer sencilla. Madre ejemplar, maestra de grado de una gran afinidad con sus alumnos, una compañera gigante en su matrimonio, una amiga brillante, y como si esto fuera poco, tenia un gran sentido del humor, incluso en los momentos dificiles. Pero habia algo que a Graciela la acompañaba desde pequeña y nunca se habia dado el lujo de llevar adelante: Su vocación en la conducción de motocicletas. Llegada esta instancia, Graciela sabia que este era su momento. Durante mucho tiempo, Graciela habia ahorrado algunos pesos, sin saber muy bien para qué. Entonces se dijo: Con este dinero voy a comprarme la moto. Fue al Instituto de motos de Universal Technical Institute( Motorcycle Mechanics Institute) a averiguar cual moto podia estar a su altura. A la altura de una gran motocilista que en este momento habia dejado de ser frustrada. Allí se encontró con un tipo, un tal Francisco que le decian el Pajarraco Caga Truenos, que con un chicle en la boca, le dijo lo siguiente: Amiga, la mejor es la Harley Davidson 1200 Nighster. Graciela se la compró. El Pajarraco Caga Truenos, le dijo que estaba por viajar en su moto hacia el norte argentino a comprar Chia, para una dieta para motociclistas todo terreno que le habia recomendado su nutricionista. Le preguntó a Graciela si lo queria acompañar manejando su moto, él en la suya y Graciela en su nueva 1200 Nighster, a lo cual sin chistar y sin pensar, Graciela respondió que si. Emprendieron el viaje. Se metieron en la ruta a una alta velocidad. Graciela se sorprendia al ver que conducia como si hubiese manejado toda su vida. De repente su vestido se le enganchó en la rueda y Graciela quedó totalmente desnuda. La rueda le habia tragado el vestido. Se puso colorada, se tapó como pudo y el Pajarraco como buen caballero conocedor de la mente femenina, le dijo: Chinita, esperame acá.  Al rato el Pajarraco se apareció con una caja llena de ropa de cuero. Y unas botas texanas. El Pajarraco muy vivo, le dijo: Primero ponete las botas. Graciela con su cuerpo desnudo se bajó de la moto y se puso las botas. El Pajarraco la miraba obnubilado. Dejá de mirarme y alcanzame la ropa, le dijo ella. ¿No me das un beso?, le dijo él. Sos loco, estoy casada y tengo dos hijos, le dijo ella. No importa, un buen motociclista siempre lleva una traición encima, le contestó él. Esa frase a Graciela la llenó de ternura y le comió la boca de un beso. Luego se vistió y siguieron manejando. El Pajarraco prendió el audio de su motocicleta y durante horas escucharon "Going to California" de Led Zeppelin. Llegaron al norte y el Pajarraco le preguntó si se queria quedar con él. Ella le dijo que no, y que el beso habia sido solo una anécdota. Ella estaba enamorada de su marido. Se separaron. Graciela siguió manejando. Cruzó Bolivia y llegó a Perú. Se compró un disc man y un auricular, y cambió a Led Zeppelin por Pretty Woman de Roy Orbinson. En el Cuzco le preguntó a un peruano si podia hacer el camino a Machu Pichu en moto. El peruano le dijo muy seguro: : No, imposible. Graciela siguió manejando y llegó a la frontera con Colombia. Allí sintió algo en el pecho. Algo que la comprimia. Se largó a llorar de repente. Se habia dado cuenta de que extrañaba a su familia. Emprendió la vuelta, pero era tanto lo que extrañaba que vendió la motocicleta y se sacó un pasaje en avión. Graciela, la motociclista, ya estaba de regreso a su casa. Pero esta vez vestida de cuero.             

viernes, 24 de junio de 2011

DIGAN LO QUE DIGAN, ZULMA INTUYE QUE MIENTRAS SE BAÑA ALGUIEN LA ESTÁ ESPIANDO

Zulma es una mujer normal. Trabaja, tiene una familia, es dueña de un perrito Toy y vive en un departamento de la calle Juan. B. Justo, cerca de la cancha de Atlanta. Zulma está casada, pero su marido no está durante todo el dia. Zulma tiene hijos, pero se encuentran todos lejos y casi no le hablan. No por desinterés, sino por lejania. Las llamadas telefónicas desde el Japón parecen ser muy caras. Zulma entonces trata de disfrutar de su soledad haciendo lo que más le gusta: Bañarse. Apenas llegada la mañana, Zulma abre la ducha, deja correr el agua, se desnuda, se mete en la bañera y deja que el agua caliente le pegue en la espalda. Un dia descubrió que a través de la ventana del departamento de enfrente, alguien la estaba mirando. Claro, el baño de Zulma daba directamente al patio central del edificio, y del otro lado habia muchas ventanas. Siempre se habia sentido segura, pero ahora no. Zulma sabia que la estaban espiando. Y desconfiaba del pelado de enfrente. No sabia si era relamente esa ventana pero estaba casi convencida. Zulma bajó, toco el 5 to D y ni bien la atendieron dijo: " No tenés otra cosa mejor que hacer en vez de mirar como me baño". Del otro lado le contestaron: " No sé de que me habla señora". Cuando Zulma volvia a su departamento vió el pasillo lleno de carteles que decian: " Aqui en el edificio hay una mujer que le encanta que la vean desnuda". Zulma se desesperó y fue a hablar con el portero: " ¿Que son esos carteles? A mi no me gusta que me vean desnuda. El portero le respondió: ¿Pero como está tan segura de que los carteles hablan de usted? Zulma se fue insultando al portero. Salió del edificio y se encontró con un pasacalles que decia: " Aqui en el edificio hay una mujer que goza de su desnudez". Zulma se enojó pero no dijo nada. Fue al supermercado. El coreano del super le dió el vuelto junto con un volante que decia: " En el edificio de la calle Juan.B.Justo hay una mujer que quiere que la vean desnuda". ¿De dónde sacaste este volante coreano de mierda? Zulma lo agarró del cogote, lo arrastró contra la pared y le dijo: Te hice una pregunta.., ¿de dónde sacaste este volante? El coreano queria responder pero no podia, Zulma le pegó una piña, lo tiró al piso y lo empezó a insultar. Mientras Zulma insultaba no se daba cuenta de que el coreano ya no vivia. Habia caido mal y se habia dado la nuca contra un escalón. De repente llegó un policia que la detuvo. La subió a la patrulla. En el camino quisieron pasar por Juan.B.Justo pero no pudieron. La avenida estaba cortada por más de cinco mil personas que esperaban ver desnuda a la mujer del edificio. Zulma se baja abruptamente de la patrulla, y empieza a gritar: "Vuelvan todos a su casa, no me pienso desnudar". " Es una mentira todo esto". Se escuchan gritos, Zulma se larga a llorar y le dice al oficial: " Es mentira todo esto, yo nunca me desnudaria delante de tantas personas". Sigue llorando y le pide el megáfono al oficial. El oficial se lo da y Zulma le dice a los miles que estaba ahi: "¿Tan linda soy que me quieren ver desnuda?". Los cinco mil tipos hacen silencio. El oficial mira sin entender. "¿Cual es el propósito de verme desnuda? Silencio.¿Quién fue, el pelado el que les dijo eso? Sepan que soy una mujer y que no me desnudo delante de cualquiera". Silencio. Las cinco mil cabezas miraban a Zulma que a esta altura ya estaba subida en el capó de la patrulla. " A todos ustedes les digo:¿Que necesidad tienen de verme desnuda? ¿No tienen novia, no tienen mujer?¿No les alcanza con la cantidad de revistas que venden por ahi?¿Por qué me obligan a hacer una cosa asi?" Silencio. " Está bien, les voy a dar el gusto. Acá lo tienen". Zulma se desnuda completamente. Todos la miran. Zulma los mira desafiante. De repente escucha un grito multitudinario: Eeehhh!!!! Zulma mira para arriba y en el octavo piso hay una mujer morocha que se está bañando desnuda en el balcón mientras otros la filman. Zulma llora con más fuerza. De golpe llega el marido: Mi amor..., ¿que hacés acá desnuda?, le dice él. " Nada, Roberto. Pensé que me estaban obligando", ¿Obligando?.., "Si, pensé que si no lo hacia iban a venir por mi a sacarme la ropa". El policia la agarra del brazo y la vuelve a meter en la patrulla. El auto agarra en contramano y va camino a la comisaria. El marido se queda mirando sin entender. Después mira a la multitud y luego a la mujer del balcón.

jueves, 23 de junio de 2011

LUCRECIA Y FRANCISCO LOGRARON HACERSE CARGO DESPUÉS DE ALGUNAS INTERRUPCIONES

No te quiero ver más!, le dijo Francisco a su ya ex novia Lucrecia. No me podés decir eso, Francisco! Ayer me dijiste que me amabas!, le dijo Lucrecia. Francisco se la quedó mirando:"Es ciero, ayer te dije que te amaba. Pero el tiempo me dice que sos muy egoista conmigo. Y yo no quiero una mujer egoista, quiero una compañera". Lucrecia se lo quedó mirando. Francisco le dió un beso en la mejilla. ¿Por qué me lo das en el cachete?...Y porque ya no sos mi novia, le dijo él. Pero podemos ser amantes!, le dijo ella. La cuestión es que Francisco dudó un rato nada más y al poco tiempo terminaron haciendo el amor a sol y a sombra, revolcandose por el piso como dos orangutanes en celo, locos de amor y de ternura. ¿Te quedás a dormir?, le dijo ella. Bueno, pero mañana me voy temprano. Se acostaron. A la mañana siguiente ella lo despertó con un " Te amo", a lo cual Francisco respondió: "Y yo también". ¿Quién te entiende?, le dijo ella.. Ayer me querias largar. Si, pero entendí que las horas y los dias no son iguales sin vos, le dijo él. ¿Y cuando entendiste eso? Recién lo entendí. ¿Sabés qué, Francisco? Yo te recomiendo que vayas al psicólogo. No, está bien. Mejor me voy. Nos vemos en navidad, le dijo él. ¿Cómo en navidad? Faltan como siete meses! Por eso, si llego nos vemos en navidad. ¿Si llegás a dónde? Si llego a creerme que los dias y las horas no son iguales sin vos al lado mio. Lucrecia le pegó un cachetazo. Francisco se fue pero antes le dijo llorando: "Nos vemos en navidad. Traigo un pan dulce". Pasaron siete meses y llegó el 24 de diciembre a la noche. Francisco engordó. Lucrecia también. Francisco llegó con un ramo de rosas a la casa de Lucrecia, pero Lucrecia no estaba. De repente, Francisco recibe un llamado a su celular. ¿Lucrecia? Si, Fran, te llamo desde Madrid, feliz navidad! ¿Pero por qué no me avisaste que te ibas a Madrid? Yo te dije que nos veiamos en navidad. Pasaron siete meses, Francisco! De todas maneras quiero decirte que te extraño mucho. ¿Por qué no te venis a Madrid?, le dijo ella. A los siete dias, Francisco llega al aeropuerto español. Hola, estoy acá porque entendí que las horas y los dias no son iguales sin vos al lado mio. Los mios tampoco, le dijo ella, aunque debo decirte que la estoy pasando muy bien en España. ¿Y que hacés acá?, dijo Francisco. Nada, me acabo de casar. ¿De casar, con quién? Con un tipo, lo hice para conseguir la nacionalidad. ¿Pero estás loca, Lucrecia? Ahora te vas a tener que divorciar. "Bueno, no es para tanto", dijo Lucrecia.. ¿Como no es para tanto? ¿Voy a salir con una mujer casada? Y cuantos hay que salen con una mujer casada? Lucrecia, pero nosotros estuvimos tres años juntos! Si, tenés razón. Te prometo que me divorcio. ¿Quien es tu marido? Un tipo, ni sé como se llama. ¿Y cómo te casaste? Asi, al tun tun. ¿Al tun tun? Bueno, entonces al tun tun te venis conmigo a Buenos Aires. A los tres dias estaban en Buenos Aires. Tenemos que pensar en vivir juntos, le dijo Lucrecia. Si, el año que viene, contestó Francisco. Y no nos peleemos por cualquier cosa. Si me amás bancatela, le dijo ella. Si, lo mismo digo, le dijo él.     

miércoles, 22 de junio de 2011

LA DOBLE VIDA DE JIMENA Y EL TAUNUS ANARANJADO

-Hoy te paso a buscar con mi Taunus naranja.
- ¿Con tu Taunus naranja?  Me encanta.
-Si, con mi Taunus Coupe. A las nueve estoy ahi.
Mientras miraba la luz de la luna a travès de su ventana, Santiago pensaba en lo que le habia dicho a Jimena: " ...Con mi Taunus naranja....."
¿Por què se le habrà ocurrido ese auto, si èl tiene un auto mucho màs moderno?
Porque recordò que una vez Jimena le habia hablado de un implacable Taunus modelo 1972. La cuestiòn que a Jimena no se le podia mentir. Recordò que un amigo de èl tenia un Taunus naranja en el barrio de Temperley. Lo fue a buscar. Se tomò el tren en Constituciòn porque hacia mucho que no iba a Temperley y no queria ir con su auto. Llegò a la casa de su amigo y le dijo: "Necesito tu Taunus naranja". A lo cual el amigo le respondiò: " El auto se fundiò hace tiempo, ni siquiera tiene los vidrios". ¿Pero lo tenès acà?, le dijo Santiago. " Si, lo dejè de adorno en mi atelier". "Bueno, damelo que me lo llevo arrastrando a capital".Lo sacaron del atelier despuès de dos horas de esfuerzo. Llamaron un remolcador que se llevo el auto hasta la estaciòn de Temperley. Una vez en la estaciòn, el amigo le dijo: " Mirà, ahora pasa un tren ràpido que va directo a Buenos Aires". Agarraron una soga y una cadena, luego le pusieron un gancho de carnicero en la punta y esperaron a que llegase el tren. Una vez que llegò , fueron hasta la parte de atràs y engancharon el Taunus a la cola del tren. Santiago se metiò adentro del auto y saludò a su amigo. El tren empezò a arrastrar el auto con Santiago adentro. El auto ya iba rumbo a Buenos Aires. Ahora solo faltaba llegar, hablar con un mecànico y exigirle que le ponga un motor nuevo lo màs urgente posible. El tren iba pasando barrio por barrio y la gente se sorprendia al ver un Taunus naranja atado al tren del sur. De repente un periodista se diò cuenta y sacò varias fotos.Luego llamò a algunos canales de televisiòn, y al rato varios autos con càmaras seguian el recorrido del Taunus atado al tren. Un canal de cable dijo: ¿Que pasarà cuando el tren frene en Constituciòn? ¿Que pasarà con el auto? ¿Y con el conductor?. La cuestiòn es que el tren llegò a la capital, empezò a frenar, pero el auto siguiò a la misma velocidad. De golpe, el auto choca con la cola del tren y Santiago sale disparado por la ventana. Barrios enteros vieron a Santiago por el aire. Al cabo de diez minutos de vuelo, el cuerpo de Santiago aterrizò de golpe en Boedo y por casualidad su aterrizaje lo hizo justo en la puerta de la casa de Jimena. Allì viò como Jimena se subia a una Chevy cuyo conductor era una mujer con una campera de cuero y un àguila en la espalda. Santiago viò como Jimena se besaba con esa otra mujer. Santiago se dijo: "No voy a hacer màs nada por amor. Que el amor lo haga por mi"

martes, 21 de junio de 2011

EL DIA QUE ALDO SE ENAMORÓ: 22 DE SEPTIEMBRE

Aldo es un hombre como cualquier otro. De pequeño ya sentia su afinidad por la economia cuando contaba los fideos que su madre le servia en el plato. A veces el plato se le enfriaba de tanto contar. Y no solo eso, sino que se tomaba el trabajo de contar los 222 fósforos Fragata, para ver si realmente eran 222. De grande supo entonces que lo suyo era Economia. Ingresó en la facultad y se recibió enseguida. Luego entró en un banco. El City Bank. Ingresó como cajero y terminó siendo gerente. Pasaron los años y Aldo se dió cuenta de que estaba solo. Esos años fueron muchos, ya que Aldo ahora tenia 62 años. Se puso a pensar que durante años, los números lo habian alejado del amor. Un amigo le enseñó algunas técnicas de seducción. Aldo le hizo caso al pie de la letra. Tal es asi, que fue a una peluqueria y se hizo unos dorados. No le gustó y aprovechó el nacimiento de una ya prominente pelada, para pelarse del todo. Luego se compró una campera Adidas con las tres tiras plateadas, un Kenzo de primera calidad y un anillo con un rubi enorme en el centro. Aldo a eso le llamaba: Onda. Con el tiempo Aldo se transformó en el hermano mellizo de Mario Baracus. Un dia se cruzó con una chica veinte años menor que él y Aldo le dijo: "Si Valeria es Masa.., usted es una confiteria". La chica lo miró con una sonrisa burlona. Aldo entendió que lo trataban de viejo baboso. De la bronca eligió irse a Las Vegas. Pero antes hizo un curso de inglés. Cuando lo terminó, partió para los Estados Unidos. Ni bien llegó al aeropuerto de Norteamérica, le dijo a una chica: "What time we go to sleep?" La chica lo miró como no entendiendo, a lo cual Aldo replicó: "I want to make love, beautiful". La chica le pegó un cachetazo, llamó a un policia y lo dejó detenido. Cuando lo quisieron revisar y sacarle algunas prendas, Aldo se hizo el coqueto y dijo: "No, esto yo no me lo saco". Discutió tanto, que lo acostaron y lo metieron en el detector de metales con cuerpo y todo. Aldo salió todo morado y algo quemado por los rayos ultravioletas. Algo sordo también, ya que debido a la gran cantidad de metales que llevaba encima, el detector se la pasó sonando. A Aldo le encantaban los anillos y las cadenitas de oro. Luego lo dejaron ir y Aldo se fue a Las Vegas. Ni bien llegó se metió en el casino. Ganó unos cuantos dólares. Al rato se le acercó a una mujer y le dijo: " What are you doing tomorrow?". I don't know, le dijo ella, y se fue. Aldo se largó a llorar y se fue corriendo enojado a tirarse encima de la mesa de la ruleta. Lo sacaron a las trompadas y tuvo que pagar una multa muy superior a lo que Aldo habia ganado. A la salida conoció a una mujer. Hermosa mujer. Esta vez Aldo no se animó a decir nada y se fue. A los dias se la volvió a cruzar. Conversaron mucho. Todo en castellano, ya que Sofia, como se llamaba la mujer, era argentina. Siguieron conversando durante dias. Se entendian. Tenian una energia parecida. Se dieron un beso. Con el tiempo Aldo se fue sacando toda la ropa que se habia comprado, para volver a usar la de siempre. Dejó la campera Adidas y el perfume, y lo cambió por un saco y una camisa. Tambièn se sacó los pocos dorados que rodeaban a su pelada." Asi estás mejor", le dijo ella. El 22 de septiembre se abrazaron e hicieron el amor. Aldo se relajó y entendió lo que nunca habia entendido. Se habia enamorado locamente de la mujer de su vida. O al menos eso era lo que èl pensaba..

JORGE ALBERTO TIENE QUE CREER EN LA GENTE

Jorge Alberto era un pobre tipo de Mataderos. No era pobre por vivir en Mataderos, ni tampoco pobre economicamente. Pero era un pobre tipo que vivia pendiente de las noticias amarillistas que predominaban en la pantalla de su televisor siempre que se levantaba. Jorge Alberto era inseguro y le temia a la inseguridad. Nunca tuvo amigos, amante, novia. Ni siquiera abuela. Jorge Alberto no tenia nada. Nada. Lo ùnico que lo acompañaba era un libro de Santo Tomàs de Aquino que habia comenzado a leer allà por el año 1987 y todavìa no habia podido terminar. Un dia, Jorge Alberto llegò a la puerta de su casa y se diò cuenta de que se habia olvidado las llaves en su trabajo. Se puso mal, pensò en volver a su trabajo pero se arrepintiò. Ya estaba oscureciendo y no daba para pasar por esas cuadras llenas de travestis con taco aguja. Jorge Alberto era muy prejuicioso. No vaya a ser que lo encierren en un porche y se lo garchen. Era cierto, entre esos travestis habia muchos fisico-culturistas y algunos judokas. Jorge Alberto sabia lo que era eso: Tanto habia escuchado hablar de inseguridad, que por seguridad empezò a tomar clases de judo muy cerca de su domicilio. Tuvo que dejar una vez que un gordo le hizo el avioncito, lo volò por el aire y lo dejò a Jorge Alberto atorado en una de las paletas de un ventilador de techo.  Y no solo por eso. Uno de esos travestis que estaban cerca de su casa camino al trabajo, habia sido compañero de Jorge Alberto en sus clases de judo. El travesti se hacia llamar "Romina el Judoka de Villa Crespo". No la judoka, sino el judoka. Y el judoka se habia enamorado de Jorge Alberto y se lo habia querido garchar. Aunque nunca se supo si eso era verdad o mentira, ese dia Jorge Alberto se tuvo que tirar por la ventana del gimnasio y como no habia medido la distancia, cayò mal y se rompiò la parte delantera de los dientes principales. A partir de ahi se alimentò solo con sopa y por supuesto, el miedo a la inseguridad ya se habia acrecentado. La cuestiòn es que ahora, sin poder abrir la puerta, Jorge Alberto pensò bien y dijo: "No, a esta puerta la abro con maña". Probò con una tarjeta y nada. Luego probò con un alambre y nada. Justo pasò alguien que le dijo: ¿Quiere que le de una mano? Y Jorge Alberto le respondiò mal: ¿Que te pensàs que soy un idiota? En realidad lo que Jorge Alberto escondia era su miedo a la gente. Miedo a la inseguridad. A que le roben un dia cualquiera. Jorge Alberto siguiò probando con muchas cosas: pedazos de lata, llaves viejas, un botòn de su camisa...,pero nada. Despuès se quiso hacer el macho y tirar la puerta abajo. Insistiò, insistiò y aflòjò la puerta. Pero tambièn se aflojò Jorge Alberto. Le siguiò pegando patadas como un loco y la puerta se cayò. Pero tambièn se cayò Jorge Alberto. De repente apareciò un policia en una patrulla. Alguien le habia avisado que a la vuelta habia un loco que estaba tratando de tirar una puerta abajo. El policia le preguntò a Jorge Alberto por què habia hecho eso,pero Jorge Alberto estaba tan agitado que no podia responder nada. El policia creyò que lo estaba cargando y se llevò a Jorge Alberto tambièn a las patadas. Lo subiò a la patrulla y se lo llevò a la comisaria. La puerta del domicilio de Jorge Alberto quedò abierta. Entraron unos ladrones. Se llevaron todo. No dejaron ni el inodoro.

domingo, 9 de enero de 2011

PARA PODER QUERER NECESITO ALGUIEN QUE ME QUIERA.

El hombre llegó a su casa cansado y con olor a carne. Durante toda una jornada habia estado cortando achuras, deseando el regreso al hogar. Una casa solitaria, sin ningún amor a la espera. Hacia siete años que Alberto estaba solo y si a eso le agregamos que los últimos años de su vida en pareja habian sido terribles, esos siete años se convierten automaticamente en diez. Diez años de soledad para un hombre bien dotado por la naturaleza, buena persona, simpático, inteligente. Pero vegetariano. Si, Alberto sabe que en la ciudad de Buenos Aires, es el único carnicero vegetariano. Pero eso es solo una anécdota. El trabajo en la carniceria comenzó de adolescente, ni bien terminó la secundaria y comenzaba sus estudios de Botánica. Un dia leyó un cartel: " Necesito alguien que no solo afile sino que también corte". Alberto se metió en el lugar. " Yo afilo y corto", dijo. De ahi en más comenzó a trabajar, ganando un sueldo interesante que le permitia bancar sus estudios de futuro botánico. Al tiempo conoció a Zulma y la mujer fue muy clara: " Me enamoré de vos por la cuchilla". Ahi comenzó una larga historia de amor que se prolongaria durante casi quince años. Hasta que un dia, mientras los frigorificos se encontraban de paro, y las vacas seguian llegando provenientes de varios puntos de la provincia, la carniceria, debido a su gran amplitud, hospedó a más de 25 vacas que le llenaron el establecimiento de bosta y de sangre. Esas vacas dopadas y a punto de carnear provenian de otro frigorifico de la provincia que también habia entrado en paro. Pero el desorden y el tumulto no fue lo que más sorprendió a Alberto. Fué la tristeza del rostro de los animales lo que pudo con Alberto. " Estas vacas están llorando", se dijo Alberto. Automaticamente tuvo que dejar el plato de vacio que estaba comiendo. Le dió tanta tristeza, tanta tristeza, que pensó: " Carne no como más". Llorando por tantas vacas tristes, emprendió el regreso a su casa y ni bien llegó al hogar, Zulma en desavillé le dijo: " Mi amor, compré estas milanesas, porque son mejores que las de tu carniceria". Alberto contestó llorando: " Carne no como más. Tengo 25 vacas llorando en el negocio". Ese dia fue el quiebre de la relación. Trataron de subsistir unos meses, pero a Alberto se le complicaba ver que mientras él comia un plato de verduras, Zulma devoraba con ansias un bife de chorizo enrrojecido en sangre. Se separaron. Alberto se quedó solo. Pasó el tiempo y al año, después de una soledad agobiante, trató de conocer a alguien que lo acompañe el resto de su vida. Conoció muchas mujeres, y a todas en la carniceria, pero con todas tuvo el mismo problema. Ellas lo citaban en grandes bodegones o en parrillas al paso. A todas les aclaraba: Soy vegetariano. Hasta que un dia, conoció a Mónica. El lugar de la cita lo indicó él: " Te espero en el restaurante que está en Humahuaca 3254". Esa noche, Alberto llegó muy bien vestido, con un ramo de rosas y un traje cremita con un moño abotonado al primer botón de la camisa. " Estás hermoso", dijo Mónica. " Y vos estás muy linda", contestó él. Se dieron unos besos. Se acariciaron. Alberto sintió después de mucho tiempo que por fin esta vez, todo iba a ser como él queria. Se acercó el mozo. "¿ Te parece un Malbec, Moni ?", dijo Alberto. " Si, genial", contestó Mónica. " ¿ Y para cenar?", dijo el mozo." Risoto con vegetales....., ¿ y vos Moni? " Un cortecito de vacio y otro de entraña, los dos jugosos y con guarnición". Alberto se quedó perplejo. El lugar al que la habia invitado era un tipico restaurante vegetariano. "¿ Pero este no es un lugar vegetariano?". " Si, era. Pero hace unos meses el dueño decidió incorporar algunos cortes de carne", dijo el mozo. Pasó un rato. Llegó la comida. Pasó otro rato. Alberto con el codo apoyado en la mesa y su mano en la cara, sin haber probado un bocado, observaba como Mónica muy contenta se llevaba a su boca cada trozo de carne bien jugosa, como ella lo habia pedido. De repente, Alberto se larga a llorar desconsoladamente. " ¿ Que te pasa Alberto ?", dijo Mónica. Enojado Alberto contestó: " No me banco ver como te comés el karma de ese animal!!". Mónica nerviosa vuelca sin querer la copa del Malbec " Fincas Gabriel". " ¿ Que te pasa Alberto, estás loco?", contestó Mónica. " No te das cuenta que te estás comiendo un cadáver?", dijo Alberto. " Que yo sepa a vos te conocí en una carniceria. Ayer me vendiste un cuarto de colitas, enfermo", dijo Mónica. " Que tiene que ver. Es una locura que estés comiendo eso delante mio". Mónica se enojó. Le pegó un cachetazo y le tiró la copa encima del traje. Mónica se fue. El traje cremita y puntilloso de Alberto quedó teñido por el Malbec. Alberto se largó a llorar. Siguió llorando a los gritos durante dos horas. Pagó la cuenta y se fue. Estuvo muchos años asi. Llorando. Pasó el tiempo y se decidió a colgar en un portal de internet un cartel con la siguiente mención: " Soy un carnicero que no come carne. Soy vegetariano. No es un caso raro el mio. Quiero que me quieran para poder querer. Soy un hombre que quiere estar con otra mujer. Soy cariñoso, bueno y bastante sincero. Lo único que quiero es que mi compañera tampoco coma carne, asi podemos disfrutar el mundo juntos. Si me querés conocer, pasá por la carniceria de la calle Palestina 827. Te espero para quererte". Los dias de Alberto son tristes. Lo único que lo mantiene firme es su cuerpo delgado, y la convicción de retomar muy pronto su carrera de Botánica.