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martes, 21 de junio de 2011

JORGE ALBERTO TIENE QUE CREER EN LA GENTE

Jorge Alberto era un pobre tipo de Mataderos. No era pobre por vivir en Mataderos, ni tampoco pobre economicamente. Pero era un pobre tipo que vivia pendiente de las noticias amarillistas que predominaban en la pantalla de su televisor siempre que se levantaba. Jorge Alberto era inseguro y le temia a la inseguridad. Nunca tuvo amigos, amante, novia. Ni siquiera abuela. Jorge Alberto no tenia nada. Nada. Lo ùnico que lo acompañaba era un libro de Santo Tomàs de Aquino que habia comenzado a leer allà por el año 1987 y todavìa no habia podido terminar. Un dia, Jorge Alberto llegò a la puerta de su casa y se diò cuenta de que se habia olvidado las llaves en su trabajo. Se puso mal, pensò en volver a su trabajo pero se arrepintiò. Ya estaba oscureciendo y no daba para pasar por esas cuadras llenas de travestis con taco aguja. Jorge Alberto era muy prejuicioso. No vaya a ser que lo encierren en un porche y se lo garchen. Era cierto, entre esos travestis habia muchos fisico-culturistas y algunos judokas. Jorge Alberto sabia lo que era eso: Tanto habia escuchado hablar de inseguridad, que por seguridad empezò a tomar clases de judo muy cerca de su domicilio. Tuvo que dejar una vez que un gordo le hizo el avioncito, lo volò por el aire y lo dejò a Jorge Alberto atorado en una de las paletas de un ventilador de techo.  Y no solo por eso. Uno de esos travestis que estaban cerca de su casa camino al trabajo, habia sido compañero de Jorge Alberto en sus clases de judo. El travesti se hacia llamar "Romina el Judoka de Villa Crespo". No la judoka, sino el judoka. Y el judoka se habia enamorado de Jorge Alberto y se lo habia querido garchar. Aunque nunca se supo si eso era verdad o mentira, ese dia Jorge Alberto se tuvo que tirar por la ventana del gimnasio y como no habia medido la distancia, cayò mal y se rompiò la parte delantera de los dientes principales. A partir de ahi se alimentò solo con sopa y por supuesto, el miedo a la inseguridad ya se habia acrecentado. La cuestiòn es que ahora, sin poder abrir la puerta, Jorge Alberto pensò bien y dijo: "No, a esta puerta la abro con maña". Probò con una tarjeta y nada. Luego probò con un alambre y nada. Justo pasò alguien que le dijo: ¿Quiere que le de una mano? Y Jorge Alberto le respondiò mal: ¿Que te pensàs que soy un idiota? En realidad lo que Jorge Alberto escondia era su miedo a la gente. Miedo a la inseguridad. A que le roben un dia cualquiera. Jorge Alberto siguiò probando con muchas cosas: pedazos de lata, llaves viejas, un botòn de su camisa...,pero nada. Despuès se quiso hacer el macho y tirar la puerta abajo. Insistiò, insistiò y aflòjò la puerta. Pero tambièn se aflojò Jorge Alberto. Le siguiò pegando patadas como un loco y la puerta se cayò. Pero tambièn se cayò Jorge Alberto. De repente apareciò un policia en una patrulla. Alguien le habia avisado que a la vuelta habia un loco que estaba tratando de tirar una puerta abajo. El policia le preguntò a Jorge Alberto por què habia hecho eso,pero Jorge Alberto estaba tan agitado que no podia responder nada. El policia creyò que lo estaba cargando y se llevò a Jorge Alberto tambièn a las patadas. Lo subiò a la patrulla y se lo llevò a la comisaria. La puerta del domicilio de Jorge Alberto quedò abierta. Entraron unos ladrones. Se llevaron todo. No dejaron ni el inodoro.

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